La semana había sido algo larga, al menos para mí. Sentía que los días no avanzaban y ansiaba que llegara el día en que todo esto dejara de angustiarme.
Una noche, el sonido del piano armonizó el resto de la casa, Jessi estaba tocando Moonlight y desde que había aprendido la melodía no paraba de practicar para mejorar la técnica que Neal le enseñó.
No me atreví a salir de la habitación, pues esa melodía me encantaba y a la vez me daba mucha nostalgia.
Pareciera que anunciara algún desastre y a la vez las mejores noticias, algo bueno. Pero desde que conocí a Neal, nada bueno estaba pasando en mi vida.
Todo era tan impredecible, no era fácil adivinar si un día las cosas iban a salir bien o no.
Esa angustia me tenía paranoica en muchos aspectos, pues esperaba que Neal apareciera en cualquier momento, pero no querí