Si ella estaba mejor lejos de él, debía evitarse buscarla aún si la quería volver a ver. Truncó la mirada con amargura y frunció los labios en una mueca de disgusto antes de salir de la cama.
No llegaba a descubrir porqué le dolía tanto perder algo que no sabía cómo se hizo parte de él. Sus pensamientos eran un total enigma descabellado en ese momento. Conforme avanzaba a un punto retrocedía en otro, no era conciso.
Era momento de darse una oportunidad de comenzar de nuevo sin las ataduras de su familia o sus planes descabellados. De comenzar a sobrellevar poco a poco su ausencia si así lo decidía ella.
Durante un par de días más, estuvo despertando entre sueños en que todo estaba perfecto y en la realidad ella no estaba, mientras que él temía más y más que se hubiera podido llegar a quedar con Sebas.
Ese día en particular amaneció oscuro, con nubes densas y el estallido de relámpagos cuando se hicieron las seis de la mañana, el golpeteo de las gotas sobre el tejado era bastante re