Axel suspiró un poco mientras su mirada recorría las hojas verdes frente a él y trazaba la carpa de lona
-Sí, creo que sí
Pero el peso en el pecho todavía estaba allí e incluso la nicotina no pudo aliviarlo esta mañana. Necesitaba moverse, hacer algo, había energía acumulada que necesitaba para quemar.
-¿Quieres entrenar?- Ax preguntó sintiendo la desesperada necesidad de escapar de este sentimiento.
-Mataría a un peso ligero como tú- se rió Marcos.
-Suena como un desafío- agregó Axel.
-Es temprano, y probablemente usé más energía que tú durante la noche- me guiñó un ojo- pero estoy dispuesto a patearte el trasero esta mañana.