Me costaba dar crédito a mis ojos cuando me paré ante el espejo de cuerpo entero. Brandon había contratado a una estilista para que se encargara de mi peinado y mi maquillaje para la fiesta, y ahora que le había agregado el vestido que compráramos el día anterior, me parecía estar viendo a otra persona. Honestamente, no tenía idea que pudiera llegar a verme tan bonita.
Brandon se paró detrás de mí y apoyó sus manos en mis hombros, mirando mi reflejo de arriba abajo con su sonrisa más cálida.
—Mira. Ahí tienes a mi modelo preferida —susurró en mi oído.
Antes que pudiera responder, me rodeó la cintura con su brazo y se apretó contra mi costado para la típica selfie en el espejo. Entonces giró hacia mí y dejó que sus ojos resbalaran hacia mis labios.
—Mierda. Debería permitirte llegar a la fiesta con el maquillaje intacto, ¿no?
—Te conviene —repliqué, muriendo por besarlo.
Alzó un dedo y se apresuró a ir a buscar algo en su bolso. Regresó con u