“¿Por qué…? ¿Por qué ya no quieres trabajar allí?”, le preguntó Ryan a Sabrina confundido.
Ella no tenía ganas de dar explicaciones. Justo cuando Ryan pensaba llamar a la empresa para preguntar sobre este asunto, el teléfono de Sabrina volvió a sonar. Miró la pantalla.
Inesperadamente, era la directora de diseño que la había mandado a casa a tomarse un descanso.
Ella contestó con frialdad: “Lo siento, directora, ahora estoy en mi nuevo trabajo. ¿Hay algo que quiera decir? Por favor, que sea rápido”.
Al otro lado del teléfono, la directora de diseño le dijo amablemente: "Sabrina, no era mi intención que renunciaras. Solo te pedí que te fueras a casa para disimularlo durante un tiempo. La Señorita Ruth se ha recuperado de su lesión y ya volvió al trabajo. Ya no está enojada. Así que solo ahora me atrevo a llamarte para pedirte que vuelvas”.
Sabrina frunció el ceño. “¿De verdad?”.
La directora también se sintió impotente.
Ella esperaba que Sabrina renunciara. Como directora de di