Él no sabía cómo se había quedado dormido ni por cuánto tiempo. Solo sabía que ya estaba claro afuera cuando se despertó, y que la luz del sol del exterior era muy cálida. Cuando levantó la cabeza para mirar al techo, se dio cuenta de que estaba en una pequeña casa que estaba en mal estado más allá de toda medida. Giró la cabeza para mirar alrededor y descubrió que la pequeña casa se mantenía limpia y ordenada. Era pequeña, sin embargo, se veía acogedora. Había flores frescas en la mesita de noche y olía refrescante y agradable.

Marcus miró las flores y se distrajo durante unos segundos. De repente, saltó como si se diera cuenta de algo. Solo entonces descubrió que en realidad no llevaba nada puesto. ¡No llevaba nada en absoluto! De arriba a abajo, además de tener la cabeza llena de cabello, estaba completamente desnudo. ¡Dios mío! En ese instante, Marcus sintió que su cerebro estaba teniendo un cortocircuito.

En ese momento, la puerta se abrió con un chirrido. Mila cargaba un reci