Cuando la familia de tres, originalmente inmersa en felicidad, de repente escuchó esa voz fría y espeluznante detrás de ellos, ellos no pudieron evitar estremecerse de una vez. Al mismo tiempo, los tres se dieron la vuelta y miraron a Vireo quien tenía una expresión tranquila. Todos estaban aturdidos. Estaban demasiado absortos y demasiado emocionados, por lo tanto se habían olvidado por completo de Vireo. Mira, en particular, siempre había pensado que Vireo tenía una tolerancia infinita con ella.

"Vireo…". Mira tenía una expresión de disculpa. "Lo siento, Vireo. Sé que me amas, pero yo…". No continuó más, sino que cambió de tema. "Vireo, eres un doctor tan hábil, eres tan joven y tan talentoso. Si fueras a buscar una mujer de nuevo, todavía te sería muy fácil. A esa… a esa universitaria le gustas mucho. Ahora… estoy de acuerdo en que ustedes dos estén juntos".

Lo que dijo parecía que le estaba haciendo una caridad a Vireo.

Vireo sacudió su cabeza suavemente. "Mira, no pareces en