Isadora le dio a su hermano una mirada agradecida. Su hermano la amaba mucho. Si su hermano supiera que se había enamorado de su gran enemigo, ¿qué pensaría? Cuando su hermano salió, Isadora no le echó otro vistazo a Holden, y solo siguió a su hermano afuera y después cerró la puerta.

Esa noche, Malvolio e Isadora no durmieron la noche entera. En solo unas horas, habían reunido a todas las personas de todos los caminos de vida en esa isla que habían estado apoyando. El barco que usaron fue el mismo que Sebastian usó para mandar suministros a Holden en el pasado. Había otro barco lleno de armas. Esas armas fueron las que Malvolio había coleccionado poco a poco a través de los años.

Ya eran las cuatro de la mañana cuando todo estaba listo. La isla todavía estaba iluminada, y Malvolio estaba esperando por noticias del espía, quien venía desde Ciudad del Sur.

No mucho después de eso, el espía regresó. No tenía tiempo de asearse un poco antes de ir a donde Malvolio con gran emoción. “