"¡Joven Amo Sebastian! Joven Amo Sebastian, ¿qué le ha pasado... a usted? ¿Joven Amo Sebastian?". En un instante, el ama de llaves vio que la expresión de Sebastian se había vuelto sombría y que las venas de su frente sobresalían.
El ama de llaves volvió a llamarlo: "¿Joven Amo Sebastian?".
El aspecto de Sebastian era muy aterrador. El ama de llaves recogió con cautela el teléfono roto que estaba en el suelo y no sabía si debía dárselo a Sebastian o no. Notó que el rostro de Sebastian se volvía incomparablemente feroz. Éste se dio la vuelta y se acercó a grandes pasos a la cama del Viejo Amo Ford. Levantó la mano y agarró los cables que conectaban todo el equipo médico. Los sujetó con furia en sus manos. Si arrancaba todos esos cables, Sebastian sería sospechoso de haber matado a su propio abuelo.
El ama de llaves gritó: "¡Joven Amo Sebastian!". No se compadecía del todo del Viejo Amo Ford, quien yacía tumbado en la cama del hospital. Sentía lástima en parte por el Joven Amo Sebasti