"Alex", lo llamó Jane con nostalgia.

"¿Hmm?".

"Mi madre…".

Jane sabía que era el peor momento para pedirle ayuda, pero ¿no era su madre la razón por la que había cambiado de opinión de repente?

"¿Tu madre? ¿Qué le pasó a la anciana?", preguntó Alex, sabiendo la respuesta a esa pregunta.

Jane no respondió a su pregunta directamente, sino que preguntó: "Alex, viniste a buscarme una y otra vez porque sentías que me habías hecho mal y porque extrañabas el tiempo que pasamos juntos en los últimos siete años. ¿verdad?".

"¡Por supuesto!".

"Así que en el fondo, todavía piensas que soy genial, ¿verdad?".

"Eres insustituible en mi corazón, Jane. Cuando te fuiste, me di cuenta de que ninguna otra mujer en este mundo será tan genial para mí como tú".

Entonces, Jane tomó la iniciativa de sellar sus labios con un beso, al punto que Garrett, quien conducía, no pudo evitar mirar hacia otro lado. Tanto Garrett como Alex sabían mejor que nadie el motivo por el cual ella decidió regresar y