Corina. 5. Castigo divino
Los dos días pasaron y esa misma mañana mi carcelera hizo acto de presencia. Eso quería decir que ya no volvería a ver a la cocinera ni a su esposo.
--- Que desea señora Clark---
--- Veo que la soberbia no ha abandonado tu cuerpo---
Soberbia!! Pero que estupidez dice si lo único que hago es obedecer y cumplir sus malditas normas.
--- Si tanto le molesta mi presencia le pido que no se ocupe de mi---
--- Tu no te mereces nada de esto, no eres digna de llevar el título de marquesa---
--- Señora yo no pedí esto y con gusto se lo regalo, hablé con su señor ya que es el que no quiso romper el compromiso---
--- No hables así del señor, él no tuvo otra opción más que casarse con usted---
--- No sería por mi dote! ya que en un mes la debió de gastar---
--- Pero que dices insensata---
Se acerca a mí y e intenta golpear mi cara, sujeto su muñeca con fuerza y me enfrento a ella.
--- No se atreva a levantar su mano contra mí, acato los golpes de mi esposo, pero usted y yo no somos nada. Tenga por