61. Voy a encontrarte
Christopher
Las manos me tiemblan y el corazón me late desenfrenado mientras conduzco a toda velocidad hacia el restaurante donde se suponía que estaba Abigail.
Escucharla gritar por la línea telefónica sin poder ver qué sucedía me hizo sentir la mayor impotencia del mundo, pero, haber escuchado como me decía que se la llevarían, como me pedía que la encontrara… Eso me tiene destrozado y con ganas de bañar el maldito mundo de sangre con tal de recuperarla.
Tengo el teléfono en altavoz mientras marco el número del detective y en la cuarta timbrada escucho su voz al otro lado de la línea.
—¿Señor Dimas ha pasado algo? Son las…
—Se han llevado a mi esposa— lo interrumpo porque no tengo tiempo para entrar en conversación.—Estoy llegando al restaurante Glorietta, es de ahí de donde se la han llevado.
—¿Qué quiere decir con que se la han llevado?
Por un momento siento que quiero ahorcarlo por estar haciendome preguntas y no poniéndose en marcha.
—Quiero decir que algún hijo de puta