32. Aliada
Abigail
Hoy tengo mi segunda cita de control prenatal y me veo desastrosa. Ayer luego de empezar a llorar no pude parar hasta quedarme dormida, cosa que no es sana para mi bebé.
Me avergüenza admitir que no he sido la mejor mamá en formación. Y me duele saber que me he estado perdiendo de mucho por mantener oculto este embarazo.
Tomando un respiro profundo me obligo a calmarme, porque lo último que quiero es volver a alterarme. Tomo mi celular y busco el contacto de Melissa, no quiero ir sola a la cita.
—Hola, tu— ella me contesta a la tercera timbrada. —¿A qué debo este milagro?
—Mel, no seas exagerada— le digo, esbozando una pequeña sonrisa—te llamo porque tengo cita de control y quiero saber si puedes acompañarme.
—Oh, Abi, hoy lo tengo complicado, mis padres llegaron a la ciudad y estaré atrapada con ellos.— Lo lamento, amiga.
Su respuesta me cae como un balde de agua fría. No quiero ir sola a la cita, pero también sé que no puedo faltar.
—Tranquila, no pasa nada.
—¿Segura? porqu