12. Queda olvidado
Abigail
Nunca lo había visto tan molesto, ni siquiera cuando supo quién era yo reaccionó de esta forma y el hecho de que esté en una silla de ruedas no lo hace menos intimidante, de hecho parece haber crecido mientras me ve con rabia y eso hace que el pánico se dispare por todo mi cuerpo como un mecanismo de defensa.
Intento hablar para defenderme y decir que no lo he hecho de manera intencional, pero las palabras parecen haberse evaporado de mi boca y en su lugar solo dejo salir un balbuceo asustado que no dice nada.
—No… yo no.. vine a leer, no estaba…
—¡¡BASTA!! SOLO CÁLLATE.
Su grito me hace cerrar la boca de golpe. El corazón me está latiendo muy fuerte y el instinto parece haberse activado en mi, pues nunca me había sentido tan acorralada y aterrorizada como ahora.
Sus ojos reparan finalmente en el libro que sigo sosteniendo con fuerza y de un solo movimiento lo arrebata de mis manos y veo como mueve las hojas con desesperación y aún sin que me lo diga sé qué es lo que está bu