Manizales - Colombia.
Semanas después.
La época de la cosecha había llegado al eje cafetero, los invitados de honor en la hacienda La Momposina eran Myriam y Gerald.
—Bienvenidos —expresó Malú al recibirlos en el aeropuerto.
—Muchas gracias por la invitación —respondió Myriam abrazando a la chica.
Malú correspondió con la misma emoción, enseguida saludó con Gerald.
—Vine preparado para aprender todo el proceso —mencionó ladeando los labios.
Malú esbozó una amplia sonrisa.
—Eso me agrada —comentó y enseguida salieron del aeropuerto, subieron el equipaje al jeep, y empezaron la travesía, recorriendo las avenidas de Manizales, para luego tomar la carretera, plagada de cafetales alrededor.
—Qué paisaje tan maravilloso —mencionó Myriam observando las casitas pintorescas que adornaban el paisaje.
—Parece de otro mundo —le dijo Gerald presionando su mano.
Un par de minutos después llegaron a la hermosa hacienda. Los labios de Myriam se abrieron al contemplar la hermosa y