Estaciono la camioneta afuera de la casa.
Miro a Damián y mi padre sentado en el porche tomando una cerveza.
Parecen agotados.
Bajo de la camioneta, tomo las cosas y mamá me sigue de cerca
— ¿Qué tal les fue? — Damián empina su bebida en respuesta haciéndonos reír a ambas.
— Lo hizo bien —responde papá—Solo, le falta algo de práctica.
Subo los escalones y dejo un beso en sus labios.
— Pobrecito.
— Solo mátenme—dice imitando mis palabras esta mañana cuando me desperté.
— Voy a dejar esto y te llevaré a dar un paseo— le digo guiñándole.
Entro a la casa y coloco las flores en la cocina.
— Mamá, ¿Te importa si llevo a Damián al río? — ella deja su bolso en la encimera.
— No tengo problema— dice— Tu tía debe estar por llegar y la verdad, no hay mucho que puedas hacer en la cocina.
— Lo sé— suspiro— Pero, hago una sopa instantánea que te mueres—le digo.
Me fulmina con la mirada como si hubiera dicho que el pollo de los Ángeles es mejor que el de Kentucky
— Fuera de mi cocina—dice señaland