Luego le lamió un pezón, describió un círculo alrededor de la punta y lo chupó.
—Sabes a primavera —murmuró anonadado, antes de prestarle atención al otro pecho. Esta vez se tomó su tiempo para cubrirla de lametones lentos y acompasados, arrancándole un escalofrío de placer con cada nuevo movimient