Liberty era una mujer divorciada y ella era viuda, ambas tenían hijo, pero Lena se creía mejor que Liberty.

Sentía que debía luchar por sí misma.

Ella era mucho mejor que Liberty, y si actuaba mientras Liberty estaba lejos de Wiltspoon, tendría más posibilidades de ganar.

Serenity no emitió ni una palabra.

Duncan le dijo sonriendo: —Si no tiene prisa, hablaremos en otro día. Siento mucho haber perdido su tiempo.

Lena respondió con una sonrisa: —De nada, es lógico que usted se ocupe de asuntos más importantes.

Hablar de negocios era así, había que intentarlo varias veces, incluso una docena de veces para tener éxito. A veces, hablarlo una docena de veces no conseguía el resultado esperado.

La secretaria de Lena volvió a abrir la puerta del ascensor y Lena, con toda naturalidad, caminó detrás de Duncan e intentó empujar su silla de ruedas hacia el ascensor.

Duncan se negó: —Señora Samuel, no hace falta, tengo una silla de ruedas nueva, es automática y puedo conducirla yo mismo.

Lena se r