Después de charlar un rato, el ánimo de Tania mejoró. Decidió escuchar a su nuera. Serenity la había convencido de que sus hijos ya eran adultos, no niños de tres años, y debían dejarlos hacer lo que quisieran.
Axel iba a trabajar formalmente. Además, su negocio era estable y ser chef privado no afectaría sus otros asuntos. Pensando que Axel posiblemente cocinaría para su futura esposa, Tania ya no veía razón para oponerse.
—Serenity, ahora lo entiendo mejor y ya no estoy molesta. Vamos abajo a ver a Sonny —dijo Tania levantándose.
Serenity sonrió y bajó con su suegra.
Sam estaba acompañando a Sonny, quien miraba dibujos animados muy concentrado.
Al oír los pasos, Sam se puso de pie.
—Tía —llamó Sonny al ver bajar a su tía, dejando de mirar la televisión para correr hacia Serenity y Tania.
También saludó cariñosamente a Tania llamándola "abuela Tania".
Tania lo alzó en brazos y le preguntó si se divertía en el jardín de niños.
Sonny respondió todo y le contó muchas historias divertidas