Luna respondió con sinceridad: —No he tenido tiempo de viajar desde que empecé a trabajar, todos los días estoy muy ocupada. Pero he ido a muchos lugares por viajes de negocios.
—¿Adónde quieres ir de luna de miel?
Le preguntó Kevin.
Luna lo pensó y dijo: —Me gustan los lugares donde haya montañas, lagos y mucha tranquilidad.
—Lo sé, y te prometo que encontraré un sitio bonito así. Entonces nos iremos allí un mes y disfrutaremos de nuestra luna de miel.
A Luna le gustaban los lugares con montaña y lago.
Kevin pensó en La Villa de la Avena.
—¿Te gusta la Villa de la Avena?
—Muchísimo. ¿Pasaremos allí la luna de miel?
Kevin sonrió ante eso y dijo: —Claro que no, vamos a otro lugar. Es nuestro hogar en el futuro.
—Dios, ni siquiera he pensado en casarme contigo y ya estamos hablando de lunas de miel.
Luna sonrió burlándose y comentó: —Me resulta fácil ir contigo siempre que estás a mi lado. Mi autocontrol y perspicacia parecen desaparecer cuando estoy contigo.
—Luni, ¿no has considerado c