Al ver que Ana dio sin dudar la tarjeta de buen amigo a Paco, Lucas recogió esa pizca de recelo, acariciando el cabello de Ana.
—No te preocupes —dijo—. Si no te he detenido, es porque ya tengo un plan, ya verás.
—¿Qué plan? Dímelo.
Ana, al ver la actitud de Lucas, como si tuviera total confianza en sí mismo, inmediatamente se puso curiosa y comenzó a preguntarle.
—Por ahora es un secreto.
Lucas no se dejó influir, sin ganas de revelar nada.
Ana se sintió algo desanimada, luego, como si hubiera pensado en algo.
—No me digas que vas a usar la estrategia del galán contra Elena. Lo que pasó hoy, no quiero verlo una segunda vez.
Aunque sabía que Lucas no había tenido ninguna relación inapropiada con otra mujer, no se podía negar que, al escuchar esos sonidos insinuantes, y pensar en la posibilidad de que su hombre pudiera engañarla, su ánimo se había deprimido al máximo.
Ana no se atrevía a imaginar cuál sería su reacción si realmente presenciara a Lucas traicionándola.
Toda su felicidad,