Javie habló nerviosamente a Jose, y solo entonces recordó lo que Ana le había dicho antes. Se dio una fuerte palmada en la cara.
—Lo siento, me emocioné un poco. Es así, las personas a mi lado son mi papá y mi mamá, no son malas personas, realmente, ¿puedes creerles?
Jose miró a Javier en la pantalla, vio su ropa limpia, su rostro pálido, y la habitación limpia y bonita detrás de él, y sintió una sensación inexplicable en su corazón.
La vida que llevaba este niño, hermano suyo por parte de madre, era algo que nunca se había atrevido a imaginar en el pasado.
Pero ya que lo dijo así, el hombre y la mujer detrás de él deben ser sus verdaderos padres...
En los ojos de Jose, pasó un destello de frialdad, inicialmente esperaba en casa que vinieran, pero inesperadamente los encontró en la calle.
Sin embargo, de todos modos, tarde o temprano tendría que irse con ellos, así que no había necesidad de seguir actuando como si nada hubiera pasado.
Jose asintió y dijo:
—Entiendo lo que quieres decir