Olga ya no se atrevía a dejarse ver en lugares públicos, así que encontró un apacible rincón desde donde llamar a Irene.
Si los costosos gastos médicos de Pablo no se saldaban pronto, probablemente se vería condenado a pasar el resto de su vida en una cama de hospital, totalmente dependiente.
La llamada tardó en recibir respuesta, extendiendo su angustia.
A Olga ya no le importaba en lo más mínimo preservar su propia dignidad:
—Irene, ¿acaso tienes algo de dinero disponible? Necesito que me hagas un préstamo, ¡es una urgencia desesperada!
— Olga, ¿aún te atreves a llamarme? Todo esto es culpa tuya. Dijiste que Lucas odiaba a Ana hasta los huesos, pero eso no es verdad. ¡Me has arruinado!
Después de desmantelar a la familia López, Lucas no se detuvo ahí, sino que continuó investigando a aquellos que habían maltratado a Ana en aquel entonces.
Los supuestos "actos benéficos" de Irene no pudieron permanecer ocultos. Para protegerse, su propia familia se vio forzada a expulsarla, abandonánd