Tan pronto como Lantit escuchó esas palabras, se puso algo ansiosa. Ella había venido aquí precisamente para evitar que Ana y Lucío tuvieran la oportunidad de estar a solas. Sin embargo, no sabía cómo detenerlos.
Ana, sorprendida por un momento y tras reflexionar brevemente, se dio cuenta de que Lucío parecía realmente serio, así que no intentó detenerlo más.
—Entonces, vayamos al estudio a hablar.
Dicho esto, ambos se levantaron y se dirigieron al estudio.
Karla observaba la expresión de Lantit. Era demasiado evidente, cualquier persona con un poco de perspicacia podía darse cuenta de sus sentimientos hacia Lucío.
Los ojos de Karla se movieron astutamente. Aunque no había visto antes a esta mujer, su vestimenta y sus modales, llenos de etiqueta aristocrática, indicaban claramente que no era hija de una familia común. Debía tener un trasfondo impresionante.
Si podía utilizar los sentimientos de esta mujer hacia Lucío, quizás podría usarla para deshacerse de Ana.
Pensando en esto, Karla