Lantit miró a Ana de manera extraña. "¿Qué le pasa a esta mujer? No nos conocemos bien, ¿y me pide que la ayude a ir al baño?"
Después de pensarlo un poco, se preguntó: "¿Será que quiere provocarme y hacerme renunciar a Lucío?" Lantit nunca ha sido de las que evitan los problemas. Siempre ha sido orgullosa y altiva, así que aceptó, curiosa por saber qué quería decir esa mujer.
Caminando con Ana, Lantit estaba alerta, temiendo que Ana pudiera fingir una caída para incriminarla de empujarla, así que la sujetó con firmeza. Ana se sintió un poco incómoda, pero no lo expresó, y cuando llegaron al baño, Lantit soltó su mano.
—Debes tener algo que decir, ¿verdad? Pues di lo que quieras, aquí nadie nos puede oír.
Ana, viendo su expresión defensiva, como si temiera ser acusada falsamente, se sintió un poco divertida y curiosa. "Esta chica parece joven, pero es muy cautelosa, debe haber visto muchas artimañas desde pequeña."
Pero Ana no había venido a provocarla, así que dijo directamente:
—Srta