Luella, naturalmente, no estaba dispuesto. Pero al ver el video que Luz le había enviado, en el que su madre estaba atada y rodeada de hombres, la amenaza de Luz fue clara: si no hacía lo que ella decía, permitiría que estos hombres, infectados con el VIH, violaran a su madre. Esto también sería una venganza por cómo Luella había interferido en su matrimonio años atrás.
¿Cómo podría Luella quedarse de brazos cruzados y permitir que algo así ocurriera? Al ver a esos hombres acercándose a su madre, solo pudo acceder a todas las demandas de Luz, casi al borde del colapso.
Siguiendo las instrucciones de Luz, se acercó a Ana. Paso a paso, ganó su confianza, y al final, la arrastró a esta trampa mortal. Luella sabía que lo que había hecho era inexcusable hacia Ana, básicamente arrastrando a una persona completamente inocente a un vórtice del cual no podía escapar.
Además, tras los días que pasaron juntos, se dio cuenta de que Ana no era mala persona. Era una joven bondadosa y cariñosa. Si pu