Liam condujo a toda velocidad hasta el hospital, en estos casos el tiempo era importante, y ellos ya habían tardado mucho. El alba comenzaba a despuntar en el horizonte, mientras ellos se dirigían al nosocomio con lo que hacía falta para salvar la vida de un hombre que significaba mucho y que también había entregado mucho.
El doctor Moore tenía todo listo para extraer la sustancia que necesitaba de la planta que Liam y Liesel habían salido a conseguir, de momento habían inyectado unos medicamentos para ganar tiempo, pero no podían darse el lujo de esperar demasiado.
Finalmente llegaron, y Liam salió corriendo dejando a Liesel detrás, ella lo siguió tan rápido como pudo, pero nunca iba a poder competir con la agilidad y rapidez de un cambiante.
Las horas que siguieron después fueron cruciales. Derek había recibido el antídoto