El doctor revisó al viejo Santoro y se dio cuenta de que su estado era delicado. Tenía que trasladarlo de emergencia a un hospital, para operarlo y extraer la bala.
El doctor limpió la herida y la cubrió con gasas, para detener el sangrado e inmediatamente salió asustado de la habitación para hablar con Vicent.
—Señor debemos trasladar a su padre. Aquí no puedo atenderlo. Cuando le extraiga la bala, puede desangrarse.
Vicent negó con la cabeza. Sin embargo, entró a la habitación y trató de persuadir a su padre.
—Padre, por favor debemos llevarte a la clínica.
El viejo Santoro le sonrió a su hijo y negó con la cabeza.
—¿Dónde están mis nietos?
—Fabiano fue por ellos. No deben tardar. Pero padre, no seas tan terco. Deben operarte, el doctor necesita sacarte esa m*****a bala.
El viejo Santoro observó fijamente a su hijo y le extendió la mano para que se sentara junto a él.
—Vicent. Hijo, entiendo tu preocupación, pero quiero m