Capítulo 86

Desperté lentamente, mi cuerpo deliciosamente dolorido de las actividades de la noche anterior. Christian aún dormía a mi lado, un brazo posesivamente sobre mi cintura, su rostro relajado de una forma que rara vez se permitía cuando estaba despierto.

Estudié sus facciones por un momento —las pestañas largas, la línea fuerte de la mandíbula, los labios que, horas atrás, habían recorrido cada centímetro de mi cuerpo. Era injusto que alguien pudiera ser tan hermoso, incluso durmiendo.

Como si sintiera mi mirada, Christian abrió los ojos lentamente, ese azul grisáceo intenso inmediatamente enfocándose en mí.

"Buenos días", murmuró, la voz ronca de sueño.

"Buenos días", respondí, inexplicablemente tímida después de todo lo que habíamos compartido la noche anterior.

Sonrió, jalándome más cerca.

"¿Dormiste bien?"

"¿Cuando finalmente me dejaste dormir? Sí."

Su sonrisa se transformó en algo más presumido.

"No escuché quejas en su momento."

"Ni las vas a escuchar." Reí, sintiendo las mejillas c
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