El reflejo en el espejo me miraba con una mezcla de fascinación y extrañeza. El vestido burdeos que Christian y yo habíamos elegido en Porto Alegre caía perfectamente sobre mi cuerpo, la tela delicada acentuando curvas que ni sabía que poseía.
"Estás deslumbrante", dijo Annelise, apareciendo detrás de mí en el reflejo. Usaba un vestido azul marino con un escote atrevido que ciertamente atraería la atención de Marco durante toda la noche.
"Gracias. Tú también estás hermosa." Ajusté nerviosamente uno de los aretes de rubí que Christian había insistido en que usara, complementos de la colección de joyas de la familia. "¿Crees que estoy exagerando? Los aretes parecen..."
"Parecen exactamente lo que son: joyas de familia que pertenecen a la esposa de Christian Bellucci." Anne se acercó, ajustando un mechón de mi cabello. "Deja de menospreciarte. Perteneces a este lugar tanto como cualquiera de ellos."
Suspiré, deseando tener la confianza de mi hermana.
"Este lugar me intimida. Este evento,