~ MAITÊ ~
Marco paró el auto a algunos metros del galpón, apagando el motor y dejando que el silencio nos envolviera. Nos quedamos allí por un momento, solo mirando la construcción al frente.
Estábamos bien alejados de la ciudad. La dirección quedaba en un área menos urbana, casi rural, donde casas antiguas se mezclaban con terrenos abandonados y vegetación creciendo sin control. El tipo de lugar donde nadie oía gritos. Donde nadie hacía preguntas.
El galpón en sí no era grande. Parecía más un depósito de alguna propiedad abandonada, estructura de metal oxidado, paredes de chapas corrugadas, algunas ventanas rotas o cubiertas con tablas.
Sentí que mi estómago se revolvía. Mi hija estaba allá adentro. O al menos, información sobre dónde estaba. Tenía que estar.
"Espera", Marco dijo cuando comencé a abrir la puerta. Estaba tocando algo en el panel del auto, apretando algunos botones que hicieron que una luz roja parpadeara.
"¿Qué estás haciendo?", pregunté, mi voz saliendo más impacient