CAPÍTULO 22
En la mañana, las llantas y lianas del carruaje de Julián aparecen rasgadas, el lobo lo hizo muy temprano pues quiere mortificar un poco más a su padrastro.
— No podremos irnos, pasaremos la noche aquí hasta que el carruaje nos permita irnos.
— Te pondré un coche, solo quiero que te largues, tu presencia es molesta para nosotros — Mauricio gruñe, el desprecio que ahora siente por Julián va más allá de su actitud rebelde, es un lobo que siente celos y no puede disimular que protege lo suyo.
—¿Me tienes miedo? Supongo que sabes que Susan me quiere aún a mi, y que tú solo eres el rescate — Julián se burla de Mauricio, saber que él le ocasiona inseguridades le encanta, porque significa que aún tiene esperanza con Susan.
Susan que escucha la discusión decide intervenir
— Está equivocado, tu no provocas ningún miedo en mi esposo, o sentimientos de amor en mi, solo no queremos tu presencia, pero está bien quedate mientras arreglas tu carruaje.
Susan le da un beso en los labios a