CAPÍTULO 35
La loba se va furiosa dejando a Paul con los ojos abiertos sintiendo el líquido frío.
—¿Que hiciste? Pregunta Duperly al ver a aquel lobo mojado en el líquido.
— No voy a ver más a ese idiota.
La nana Teresa quiere subir tras Susan pero Duperly la jala del brazo.
— Espero que estés contenta, debiste cuidarla en la casa de Mauricio, recordarle su realidad y no dejarle aprender las costumbres de ese bárbaro.
— Susan es una loba grande y autosuficiente, yo no tengo que decirle que debe o no hacer — La Nana le responde a Duperly, parece que se enfrenta a a él.
El lobo le da una cachetada, jamas tolerará la indisciplina de sus empleados, el siente que ellos son de su propiedad y deben cumplir.
—¡Cállate!.
— No, ese lobo no es para la niña Susan, jamás podría estar a su nivel.
Duperly suspira
— No quiero tus opiniones, solo eres una sirvienta en esta casa.
— Yo soy la hermana de la madre de Susan, soy su tía y puedo opinar — La Nana confiesa ese secreto que ha guardado con Dupe