Al día siguiente Angelina y su dominante esposo estaban a media mañana en el hospital, ahí encontraron a su hijo que seguía en la sala de espera, él estaba enviando unos correos
Venían a relevarlo pero lo mucho que pudieron hacer es convencerlo de que fuera a comer algo y tomara una ducha, Milán no despertó en todo ese día hasta ya casi al anochecer
— Yo... ¿dónde estoy? ¿qué me pasó? — ella quiso levantarse pero una enfermera se lo impidió, la joven estaba tratando de entender que estaba pasando, se podía escuchar el ruido de las máquinas, unas estaban conectadas a ella para monitorear al bebé, las demás eran de otros pacientes que también se encontraban en estado crítico
— No se levante señora Black, su estado es delicado, no puede hacer ningún movimiento brusco, el bebé aún está delicado, por favor ayúdenos con eso
— ¿Qué...? ¿cómo está mi hijo? no quiero perderlo, ¡tienen que salvarlo! — Milán, tenía una intravenosa puesta, en ella además del suero había una pequeña bolsa de sang