28. Sé lo que escondes
Penelope
Nunca había leído tanto sobre magia y hechizos en mi vida.
Ha pasado una semana desde la visita de Blake, lo que nos deja con dos meses y un poco más desde el matrimonio, y estoy volviendome loca ahora mismo.
La desesperación me está empezando a pasar factura, pues si queremos irnos antes de la próxima vuelta de la luna solo nos quedan tres semanas, tal vez un poco menos.
Estoy sumida en una vorágine de páginas y palabras, buscando desesperadamente en los libros de mi padre, esperando encontrar alguna pista, algún rastro sobre lo que le hicieron a Nicklaus.
Mi mente trabaja sin descanso, recorriendo línea tras línea, pero todo es en vano. Nada aquí habla de maldiciones que aten a alguien a una manada o que lo condenen a no poder cruzar las fronteras.
Arrastro mi mano por el borde de un viejo grimorio, sus hojas ajadas por el tiempo. Un suspiro de frustración escapa de mis labios mientras cierro el libro con fuerza.
—¡Debe haber algo!—me digo con rabia, mientras me tallo los