Cuando vi a Barry entrar a su despacho tan sumido de la realidad, tan distraído y tan pero tan pálido lo único que pensé fue que algo andaba mal, iba mirando un sobre. Verlo así, tan cansado y derrotado me duele un montón, creo que los dos podemos ser amigos, unos buenos amigos.
-¿Te encuentras mejor?-Le pregunto removiéndome un poco, estar en tirada en el suelo no es nada cómodo, él se aferra a mí como si fuera un salvavidas, creo que venir y darle mi apoyo fue lo mejor que pude haber hecho.
Quince minutos más tarde Barry por fin se recompone, quita su rostro de mi cuello y se limpia los restos de lágrimas de la cara, mi mira avergonzado, pero me mira a los ojos con un sentimiento puro.
-Hola.-Susurra tiernamente.
-Hola, Barry.-Le toco el cabello con cariño, como una vez lo hice con mi hermano menor. Se queda callado pero no se aleja ante mi tacto.-¿Ésta es la reconciliación?
-¿Por qué no llegaste a casa-Pregunta aún con los ojos con