Al ver esto, tanto el Amo Jin como la Señora Jin no supieron qué decir.

Por fuera, parecía que la familia Jin era feliz, pero ellos mismos sabían que esa felicidad era solo una fachada.

Mientras Jiang Sese no estuviera allí, esta familia siempre estaría incompleta.

Jiang Sese era la vida de su hijo, y su hijo era su vida. Si Fengchen estaba triste, ellos también lo estarían.

"Fengchen, no es el final. Siempre hay una oportunidad de cambiar las cosas", dijo la Señora Jin.

Jin Fengchen asintió. Esta era la creencia a la que se aferraba. Si no, se habría vuelto loco hacía mucho tiempo.

Al ver la expresión de Jin Fengchen, la Señora Jin tuvo algunas reservas. Sin embargo, habló: "Fengchen, harías bien en mantener tus emociones bajo control en casa. Si no, Xiaobao se verá afectado muy fácilmente".

"Entendido, mamá. Hablaré con Xiaobao".

Tras decir eso, Jin Fengchen se fue.

La puerta de Xiaobao estaba cerrada, como siempre. Jin Fengchen la tocó durante un largo rato, pero no