A la mañana siguiente me levanté por los molestos golpes en mi puerta por parte de mi madre. Cubrí mi cabeza con la almohada y gruñí, como odiaba que me despierte así, ¿no podía entrar y despertarme como una persona normal?
—¡Summer, despierta! — gritó dando más golpes en la puerta — ¡Tenemos que ir al aeropuerto a recoger a tu tío y a Charlotte!
Demonios, ¿qué clase de persona despierta a su hija a las 6: 30 am? Me levanté de malas y abrí la puerta, miré a mi madre con enojo. Que pésima forma de empezar mi día.
—¿Es necesario que vaya? No lo creo — apoyé la espalda en el marco de la puerta.
—¡Claro que sí! A Charlotte le va a encantar verte de nuevo — sonrió emocionada y entro a mi habitación.
—Lo dudo — siseé — ¿Qué estás haciendo? — pregunté al ver que mi madre revisaba el armario.
—Buscando algún atuendo, te tienes que ver bien — sacó una blusa azul — Mira, esta blusa es hermosa.
Puse los ojos en blanco y caminé hacia ella quitándole la blusa, ¿cree que tengo tres años? No quiero