07

CAPÍTULO 07

BELLE ADAMS

¡Mierda !

¡Mierda !

¡Mierda !

Quedan 5 minutos. No debería haber ido a hablar con el dueño de la casa ahora. Espero llegar a tiempo para mi trabajo.

Oh, dulce Jesús, solo esta vez, por favor, ayúdame.

Corro tan rápido que todos los guardaespaldas afuera de la mansión me miran con una expresión divertida. Luego miro mi reloj.

¡Mierda !

2 minutos.

Entro en la casa y suspiro de alivio al llegar al salón.

—¡POR FIN ! —grito, con una sonrisa de victoria pegada en mi rostro. Respiro con dificultad. Miro al frente y veo dos pares de ojos que me miran, lanzándome una mirada de « estás loca ».

¡Oh m****a ! Está en casa. ¿Pero por qué está en casa ? Debería estar en su oficina ahora.

—Hola a los dos —digo, todavía sin aliento.

El señor Parker simplemente sacude la cabeza y Ryan aparta los ojos de mí para mirar a su adorado padre. El señor Parker se levanta de su asiento, toma a Ryan en brazos, se acerca a mí y se planta delante de mí. Mira su reloj.

—Estoy a tiempo. No puedes despedirme —me defiendo sin esperar a que diga nada.

—Ya veo. ¿Pero siempre entras así corriendo a tus trabajos ?

¿Entrar corriendo ?

—Ah, bueno, es que estaba llegando tarde, así que corrí y vi la puerta abierta, entonces entré. Lo siento —digo bajando la mirada.

—Maria —llama él.

Maria sale de la cocina y se queda a mi lado. Luego déjà a Ryan en el suelo y se queda allí, con las manos en los bolsillos.

—Espero que ya hayas conocido a la señorita Adams.

Maria asiente.

Entonces empieza a darle instrucciones, y es en ese momento que aprovecho para mirarlo.

Dios, está tan bueno. Esos ojos color mar, cualquiera podría perderse en ellos, luego bajan hacia su nariz perfecta, sus labios tan rosados… ¡Basta, Bella ! ¡Pensamientos impuros, silencio !

No recuerdo nada de esa noche, si lo besé o no.

Bueno, lo sé. Lo sé. Soy una pervertida.

Empiezo a imaginar cómo sería si me besara ahora. Como que me agarraría por la cintura frente a todos aquí, y luego nuestros labios se unirían. Nuestros labios se moverían lentamente uno contra el otro. Su agarre en mi cintura se apretaría, acercándome más a él, mis manos recorriendo toda su ancha espalda, sus manos…

—Bella —una voz familiar interrumpe mi imaginación.

Miro al lado y veo a Maria llamándome y haciéndome señas para que mire al señor Parker. Me doy la vuelta hacia él y lo veo suspirar.

—¿Eh ? —pregunto, confundida.

—Déjà de soñar despierta. No me gusta eso —dice con tono molesto.

—Lo siento.

Tengo que dejar de tener estos pensamientos impuros. Por el amor de Dios, tiene un hijo.

Pero está soltero.

No. No. No. Basta. Debo dejar de escuchar a la niñera.

—Cuida de él. Me voy.

Asiento. Luego se agacha frente a Ryan y le da un beso en la frente.

—Papá volverá pronto. Cuídate.

Ryan asiente obediente.

Wow. Es demasiado tierno.

Entonces el señor Parker empieza a dirigirse hacia la salida. De repente, una idea me cruza la mente.

Debo preguntarle sobre eso. Si no, me va a perseguir.

—¡ESPERA ! —grito.

Se detiene.

Las sirvientas que estaban limpiando la casa se detienen y me miran. Ryan y Maria también me miran con los ojos muy abiertos. Me tapo la boca con la mano. El señor Parker se gira, frunciendo el ceño.

¿Qué voy a hacer contigo ? ¿Quién demonios le grita así a su jefe ?

—Eh… perdón —digo con una risa nerviosa—. En realidad, quería preguntarte algo.

—¿Qué ? —responde seco.

—¿Podemos hablar en privado, por favor ?

—No. No podemos. Dilo de una vez.

—No entiendes. Es un tema privado. No me voy a tardar.

—No, señorita Adams. Puedes decirlo aquí.

—Pero…

—¿Te vas a apurar ? No tengo todo el día para ti.

—Señor Parker, es un tema privado…

—Señorita Adams, dilo.

Muy bien, si quiere que lo diga delante de todos.

—¿Hicimos el amor esa noche ? —pregunto. ¡Por fin !

Sus ojos se abren de par en par. Me mira con incredulidad. Todas las sirvientas y Maria, que me estaban mirando con cara de susto, ahora clavan los ojos en el señor Parker. Ryan también lo mira, confundido. Espero su respuesta. Él observa las caras de todos, luego la mía, con la mandíbula apretada.

Le dedico una sonrisa inocente.

Le advertí, no quiso escuchar.

Veo que intenta controlar su ira. Finalmente dice :

—No, señorita Adams. No tuvimos sexo esa noche.

¡Santo Batman ! Eso significa que sigo siendo virgen.

¡Joder, sí !

¡Ayyy !

¡Ayyy !

¡Ayyy !

—¡OH DIOS MÍO ! ¡SÍÍÍÍÍ ! —grito a todo pulmón.

Él cierra los ojos, irritado. Tomo a Ryan, que está junto a mí, en brazos y empiezo a girar con él.

—¿Oíste eso ? ¡No tuvimos sexo esa noche ! ¡Jesús ! Todavía no me lo creo. ¡Ayyy !

Le digo mientras giro con él.

Como si él entendiera todo.

Luego, cuando la habitación queda en un silencio mortal, vuelvo en mí.

¡Oh, m****a !

Me aclaro la garganta, dejo a Ryan en el suelo y me pongo recta mirando al señor Parker. Él me observa fijo. Bajo inmediatamente la mirada. Luego sale sin decir una palabra.

Me río por lo bajo.

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