Cuando termino quedo más tranquila con el resultado aunque no muy satisfecha. Enseguida tocan la puerta y me doy cuenta de que es de la misma forma que lo hizo la chica y Barclay, así que eso debía ser una clave importante...
—Te ves...
Esta vez es Barclay en persona quien viene a recogerme, sus mirada parece llena de rabia pero cuando recorre mi cuerpo sin pena ni disimulo, la expresión de su rostro parece cambiarle.
—¿Qué? —enarco una ceja.
—Me refiero a que... olvídalo.
—No eres muy hablador...
—¿Dijiste algo? —se acerca a mí con prepotencia.
—Nada que te incumba, idiota