—¡Señorita Nahomi! ¿En qué puedo ayudarla?
—Quería saber si deseas comer conmigo hoy.
—¿Yo?
Alicia se sintió sorprendida por la invitación de aquella mujer.
—Así es.
—Es que yo...
—Por favor, quería hablar contigo.
Alicia no pudo negarse.
—Mmm, está bien. ¿A qué horas nos vemos?
—En 20 minutos. Ahora te mando en mensaje la ubicación del restaurante.
—Está bien.
Nahomi colgó el teléfono. Alicia pensó que no le daría tiempo de ir a casa a cambiarse, pero eso no le preocupaba, sino el que Nahomi supiera que ella y Axel habían tenido algo. Después de recibir por mensaje la ubicación, Alicia se dirigió al restaurante. Ella llegó primero, esperó unos cuantos minutos a Nahomi. Cuando ella llegó al restaurante, lucía hermosa con un vestido entallado gris en la parte de enfrente, unos botones negros que eran parte de la decoración, unas zapatillas negras muy hermosas que la hacían verse más alta de lo que ya era.
Nahomi llegó al restaurante y a lo lejos vio a Alicia sentada con el codo sobre la