~Bien, seré tu esposa más no tu mujer~ respondió ella.
~Lo quiero todo, tú no tienes derechos de poner límites~
—Que descarado—gritó enfurecida. Su madre sonrió, viendo detrás de ese enojo amor y eso le tranquiliza más después del consejo dado.
~Primero buscaremos el certificado matrimonial y luego anunciaremos nuestro matrimonio~ le propone ella.
~Te asusta que tu prometido se oponga~ bromeó él.
Horas más tarde acudieron al registro civil, pidiendo un matrimonio exprés, registraron sus documentaciones y tomaron el test, algo rápido y sencillo.
<<El dinero lo facilita todo>> pensó ella observando como evadie