A la mañana siguiente, Azzael llevaba el desayuno a la cama, se subió en ella y besó la espalda y cuello de Agatha mientras la abrazaba –
Cariño, despierta, debes comer algo.
Mmm es muy temprano
No amor, es pasado medio día.
Un ratito más
Hagamos algo, comes, y vuelves a dormir, hazlo por mí.
Está bien – Agatha se sentó aun adormilada –
Preparé avena, has estado delicada del estómago, así que preparé algo suave, ven abre la boca – Agatha abrió la boca y se dejó alimentar por Azzael, él estaba concentrado mientras Agatha lo miraba, es tan hermoso su ángel, sigue siendo hermoso y seguirá siendo hermoso, y de pronto una lágrima cayó por su mejilla – hey, hey, que sucede.
Es que eres hermoso, y yo, yo envejeceré y seré fea, mientras tú seguirás siendo hermoso para siempre – Azzael no pudo evitar soltar una sonrisa, Agatha actuaba extraño. –
Amor, ¿con eso otra vez?
Es que no es fácil pensar que siempre te verás así de hermoso y yo no, quiero ser vampira, así no envejeceré – Azzael se reía