El ángel volvió al departamento, su corazón pesaba, miró a Agatha dormir plácidamente, ella era el único ser que había sido dulce con él, le había cocinado, le había hecho cariño, lo había abrazado a pesar de saber que no era él, su corazón dolía, no se veía capaz de matarla, y las palabras de Azzael venían a su mente una y otra vez, se acostó a su lado y acaricio su cabello toda la noche, en la mañana Agatha se despertó, miró los ojos del ángel y sonrió.
Buenos días, ¿dormiste bien? – su mano acarició su mejilla, el ángel cerro sus ojos y puso su mano sobre la de ella –
Si, descansé ¿y tú?
También, me levantaré a hacer desayuno
No, espera – el ángel la trajo a su pecho y la abrazó fuerte – solo quédate así un momento por favor.
¿Pasa algo?
Nada, solo quédate así un momento – al ángel acariciaba su cabello, inhala su aroma –
¿Estás bien?
Si, solo quiero tenerte así un momento Agatha – ella no peleó y lo abrazó, levantó la mirada y besó su mejilla –
Sea lo que sea, estarás bien, yo est