Por insistencia de Cristina, Gloria volvió a trabajar al Club Fittro solo hasta que se recuperó al cien.

Gloria sintió que su vida volvía a estar en el buen camino y nada cambió.

La única diferencia era que, por más que se esforzara, no le asignaban tareas, y eso la hacía sentir especialmente aburrida.

Emily, su supervisora, tampoco le asignaba trabajo.

Y Cristina nunca iba en contra de las palabras de Patricio.

Gloria pasaba el tiempo sola en la sala de descanso del Departamento de Relaciones Públicas. Se convirtió en su rutina diaria hasta que terminaba su turno.

"¡Por fin hora de salir! Estoy cansada, pero tengo que decirlo, el cliente de hoy fue bastante generoso".

La sala se iba llenando de gente. Todos platicaban y reían sobre el día. Gloria, en cambio, estaba sola, sumida en sus pensamientos.

Levantó la vista y vio a una muje