Después de que Devan se fue a trabajar, Sarah decidió quedarse en la habitación. En realidad, Devan le había ofrecido acompañarlo, pero Sarah prefería disfrutar del ambiente del hotel y relajarse.
Sin la presencia de Devan, Sarah pidió servicio a la habitación. El personal del hotel le llevó varios aperitivos: jugos frescos, una variedad de pasteles e incluso el almuerzo que había sido preparado en el restaurante cerca de la piscina. Le ofrecieron comer junto a la piscina, pero Sarah lo rechazó. Para ella, disfrutar de la comida en la comodidad de su habitación era más que suficiente.
"Ah, esto sí que es unas vacaciones", murmuró con satisfacción. Le resultaba difícil expresar lo feliz que se sentía en ese momento. Todo lo que había soñado durante tanto tiempo finalmente se había hecho realidad.
Cuando todavía estaba con Cipto, unas vacaciones como estas eran solo un sueño. Sarah siempre había querido ir a la playa, pero Cipto prefería quedarse en casa y dormir todo el día. Como no qu