Capítulo 20 —Entre el deseo y la sumisión
Narrador:
Lorena no había podido pegar un ojo en toda la noche. Aunque Franco parecía dormir profundamente, su presencia a su lado era imposible de ignorar. El silencio del cuarto se veía interrumpido solo por el sonido pausado de su respiración. Ella, en cambio, no dejaba de dar vueltas en su mente, analizando cada palabra, cada mirada, cada gesto que habían compartido desde que cruzaron la puerta de esa habitación.
En algún momento de la madrugada, Franco se movió, dejando de abrazarla y girándose boca arriba. El espacio entre ellos pareció abrirse, pero no lo suficiente como para que Lorena pudiera recuperar la calma. Respiró profundo, tratando de normalizar el latido acelerado de su corazón, y casi sin darse cuenta, levantó la sábana con cuidado. Su torso quedó completamente expuesto ante sus ojos, iluminado tenuemente por la luz que se filtraba desde la ventana. Su piel era una mezcla de fuerza y dureza, adornada por tatuajes que parecía