Juliana había llegado a casa de su cita con el psicólogo, realmente la hacía sentirse mejor cada vez que iba, sabía que le faltaba mucho por recorrer era hora de dejar ir y soltar. ella amo a werlintog por mucho tiempo y vivió grandes momentos a su lado, siempre lo recordaría con amor, subió a su habitación vio la foto en su escritorio y sonrió.
Pronto terminarían las clases y estaba pensando que tenía mucho que no visitaba a su padre entonces decidió llamarlo
–¿ hola papa como estas?
– juliana mi niña me alegra escucharte
ella sonrió
– a mi también me alegra escucharte, ¿quería saber si puedo irte a visitar en mis vacaciones de Navidad?
– falta un mes para eso
– si pero si no te molesta puedo pasarlo contigo
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