Entré a la casa y parecía estar totalmente desolada. No miré a nadie, ninguno de los trabajadores estaba en el interior ni en los alrededores.
–Papá, Clara –dije al entrar–.No obtuve respuesta. Todo en el interior estaba a oscuras. Me dirigí hacia la habitación, esperando encontrar a alguien, la puerta estaba entre abierta y un pequeño rayo de luz, hacía de reflejo en el pasillo. Abrí la puerta de la habitación y encontré a mi padre, tendido en el suelo, boca abajo. Desangrado y sin moverse. Me lancé al suelo sin revisar la habitación, tomé a mi padre entre mis brazos y le di la vuelta. –Papá –Dije– intentando contener las lágrimas que mis ojos y los nervios no pudieron evitar. No respondió. Seguí insistiendo, tocando su rostro esperando que dijera algo. Su respiración era muy leve. Revis&