Amaloa se sentó junto a la cama y no se movió ni un centímetro.
Ethan abrió los ojos inyectados en sangre, y había en ellos una mirada hambrienta y animal, como si estuviera a punto de atraerla hacia él. "¿Por qué no vienes a dormir conmigo?" Ella negó con la cabeza. "No, deberías dormir solo."
Imágenes de lo sucedido anoche, camino a casa, le cruzaron por la mente. ¿Cómo iba a acostarse con él? No iba a ser servida en bandeja. Ethan la miró fijamente. «No puedo dormir contigo aquí».
Date prisa y vete a dormir. Voy a la cocina a ver si hay postres. Amaloa se levantó y escapó.
Había una mirada dulce en los ojos de él mientras la observaba correr felizmente.
En el momento en que se cerró la puerta, la mirada en sus ojos se volvió feroz, como cuando estaba en el estudio. Tomó su teléfono y marcó un número.
Cuando Amaloa bajó, vio a un miembro del personal de cocina con un recipiente lleno de comida y reportándole el incidente a Williams y él no parecía contento.
Amaloa reconoció inmediat